Existen sólo un puñado de cineastas que pueden desaparecer durante una década, volver y retomar su relevancia dentro del discurso popular como si nada hubiera pasado. Baz Luhrmann es uno de esos cineastas. 

Elvis es una película estadounidense de 2022, dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Austin Butler, Tom Hanks, Olivia DeJonge y Yola. La historia de vida de Elvis Presley vista a través de su complicada relación con su enigmático representante, Colonel Tom Parker. 

Nueve años después de su último largometraje como director, el artista australiano volvió a los cines de manera contundente con un proyecto que refleja de manera casi perfecta todo lo que representan los Oscar: biografías, prostéticos, musicales y dramas.  

Casi desde la creación del cine, las biopics han liderado taquillas y nominaciones, pues aunque pueda parecer novedoso para los neófitos, este subgénero es de los más presentes en las ceremonias de premiación. Después del estreno de Bohemian Rhapsody (2018. Dir. Bryan Singer) y sus subsecuentes réplicas, el público parecía haber tenido suficiente con las películas biográficas, pero desde su primer tráiler, Elvis picó el interés de expertos y casuales. 

La vida del rey del Rock & Roll parece ser el proyecto que hacía falta en la filmografía del director, pues desde su anuncio todo el mundo pudo ver las obvias conexiones: el personaje, la estética, la vitalidad y la escala fueron como anillo al dedo para el realizador sidneyés. 

Para condensar toda una vida en 159 minutos, la producción contó con Matt Villa y Jonathan Redmond en el cuarto de montaje. Este es un punto importante pues se trata de la principal arma de doble filo para la cinta. El ritmo frenético de todos los acontecimientos ayudan por completo a ponernos en los pies de Presley, un joven de Misisipi que vivió más rápido de lo que pudo comprender.

No obstante, ese mismo ritmo es uno de los mayores contras para muchos espectadores, pues más que una película pareciera un carnaval que muestra velozmente sus mejores atracciones para poder pasar con el siguiente grupo de curiosos antes de que alguien se de cuenta de las grietas en las paredes. 

Casi de igual manera, las actuaciones de Butler y Hanks han dividido a los fanáticos entre su genuino esfuerzo histriónico, los momentos melodramáticos exagerados y los acentos caricaturescos detrás de botargas. 

Pero entre discusiones de calidad, la que tal vez sea la mayor cualidad del filme es recordarnos porqué Elvis es relevante hasta el día de hoy. En tiempos de profundos cambios en los estereotipos de género, nos recuerda que los valientes son los que trascienden. Todos a los que nos llamaron “raros”, “afeminados” o “ridículos” seremos los recordados. Tan vigente hoy como hace 60 años, Elvis reencarna en Austin Butler por unos segundos para recordarnos que la vida es de los disruptivos.

Amada por muchos y odiada por otros, Elvis se convirtió en una de las películas más relevantes de los últimos años gracias a su director y a su protagonista, quienes nacieron para ser parte del proyecto, a su mensaje contemporáneo y, por supuesto, al incomparable catálogo musical del rey que suena tan apasionado como el primer día que se grabó.