Todos los incendios, entre lo simbólico y lo biográfico
Todos los incendios, primer largometraje de Mauricio Calderón Rico y traído por la casa productora Mandarina Cine, se estrenará el próximo 20 de junio en las salas de cine con la novedosa historia de un joven pirómano envuelto en situaciones relativas a la sexualidad, la relación con su madre y la adicción a ver objetos arder.
La trama va sobre un chico llamado Bruno, residente de la zona capitalina de México, quién padece de piromanía y constantemente prende fuego a cosas indistintas para posteriormente grabarlas y subirlas a internet. Tal es su afición por las hogueras, que inclusive cuenta con una amplia colección de cajas de cerillos.
El protagonista se ve invadido por sentimientos conflictivos tras notar la seriedad y formalización del vínculo que su madre genera con un hombre nuevo, quién no termina de ser totalmente del agrado del chico, a tal punto que el adolescente elige huir hacia Durango en busca de una muchacha a la cual conoce por internet a través de los videos de los que ambos gustan.
Por si fuera poco, Ian, mejor amigo de Bruno, es un factor coyuntural en la historia luego de mostrar un interés que trasciende la relación amistosa entre los dos y que pone la cabeza de Bruno en llamas.
La más reciente producción cinematográfica de Mauricio Calderón Rico nos deleita con una narrativa poco común dentro de las películas catalogadas como LGBT+ y en lo relacionado a las adolescencias mexicanas, cuyo contexto se ha visto trastocado con la inserción de la tecnología en sus vidas.
Parte de la importancia de la construcción de este discurso audiovisual tiene que ver con la creación de narrativas LGBT+ que, afortunadamente, no se reducen al romance entre parejas: lo vuelve específico al darle una profundidad al personaje principal y a los demás involucrados. Se agradece el surgimiento de las representaciones diversas de la comunidad.
“Nació como el proyecto de tesis que presenté para graduarme de la maestría en guión. Tuve la inquietud de contar cosas personales, como la pérdida de mi padre, cuando mi madre se enamoró de otro hombre después de eso y mi propia aceptación sexual”, refiere el director sobre el filme.
El fuego es uno de los elementos claves dentro de la narración, puesto que toma múltiples significados dependiendo de las circunstancias en que aparezca: unión, amor, tranquilidad, gritos de auxilio o calamidad son algunos de esos matices.
La familiaridad con la que se vislumbra esta historia es digna de admirarse, por lo que la recomendación está abierta a todo aquel que disfrute de los relatos con tinte dramático, pero optimista.