Prefiero molestarme contigo cien veces antes que estar bien con cien personas.” Esta frase define perfectamente mi experiencia al ver Trío en Mi bemol. Al entrar a la sala, tenía expectativas de ver una película con una gran carga musical, y eso fue exactamente lo que encontré. Sin embargo, no solo encontré eso, también descubrí una historia personal sobre el amor y los diferentes tipos de amor.

Durante toda nuestra vida, nos enseñan a creer que el amor es un complemento, algo que debemos esperar para sentirnos completos. Nos hacen creer que no está bien amar de diferentes maneras, ya que esto va en contra de lo políticamente correcto. También nos dicen que aquellos a quienes amamos en el pasado deben alejarse de nosotros para siempre.

Trío en Mi bemol narra la historia de dos personas que se encuentran en la etapa de transición de la adultez a la vejez. Ninguno de ellos ha logrado encontrar su lugar en el mundo. Ella salta de persona en persona, buscando desesperadamente a alguien que sea el adecuado, a pesar de saber que esa búsqueda terminará tarde o temprano.

Por otro lado, él tiene un miedo paralizante a avanzar en la vida, lo cual se refleja incluso en sus preferencias musicales. Mientras ella busca diversión y emoción a través de la música rock, él se mantiene atrapado en la música clásica, negándose a explorar otros géneros. Sin embargo, eventualmente encuentran un punto medio en la pieza musical que da título a la película.

Amar es un proceso complejo. El hecho de que los protagonistas se encuentren en la transición de la adultez a la vejez hace que todo cobre aún más sentido, ya que esta etapa es una de las más difíciles en la vida de las personas. Es el momento en el que debemos aceptar que ya no somos jóvenes y que nuestras acciones deben cambiar. Buscamos estabilidad y algo con significado en un mundo donde la mayoría de las relaciones carecen de ello. Buscamos a alguien que nos acompañe en ese túnel hasta llegar a la luz. 

La película tambien plantea interrogantes sobre la capacidad de amar a más de una persona, desafiando la creencia de que no se puede amar a alguien por completo, sino solo a partes de esa persona. Nos muestra que buscar a la persona perfecta es una fantasía, ya que nadie puede cumplir todos nuestros estándares.

Esta fantasía se representa a través de un recurso narrativo en la película, la metaficción. Nada de lo que sucede dentro de ese mundo es real, lo cual refuerza la idea de que la vida sigue siendo una fantasía.

Sin embargo, es difícil conectar con la subtrama. En ella, se intenta contarnos la vida del director y se nos dice que la historia que se nos presenta es lo que él hubiera deseado que fuera su vida, pero no fue. Aunque la idea resulta interesante como contraste, en realidad termina rompiendo por completo la inmersión. En mi opinión, la película habría sido mucho más disfrutable sin esta parte.

Esto genera problemas de ritmo en la película y, en ocasiones, da la sensación de que es más larga de lo que realmente es.

Por otro lado, una película que lleva como título una pieza compuesta por Beethoven debe tener un apartado musical destacado, y esto se cumple. A pesar de que la película cuenta con un número limitado de canciones, los momentos en los que se utilizan son cruciales para el desarrollo de la trama y de los personajes.

Amar es complicado, un sentido irracional en un mundo que racionaliza todo. El amor que sentimos hacia las personas no siempre es el mismo, y a veces debemos atravesar numerosas situaciones antes de poder ver con claridad. Aunque considero que se desaprovechó un final muy emotivo para la película, en general, creo que la película sabe lo que quiere y no quiere ser.