El 22 de septiembre de 1994, se transmitió en televisión estadounidense el primer capítulo de una serie cómica titulada FRIENDS. Apuesto que ni los escritores, ni el director, ni todo el staff y mucho menos el elenco, se imaginaron que esto sería el  inicio de uno de los fenómenos televisivos más importantes de la década de los noventa, un sitcom que trascendería fronteras y generaciones,  para convertirse en un clásico de la cultura popular.

Friends WB

A 25 años de su estreno y en pleno apogeo de series con producciones monumentales y de calidad cinematográfica, FRIENDS, ese programa cómico de televisión de antaño que duró al aire 10 años, no sólo sigue vigente en los corazones de millones de fans, sino que se da el lujo de conquistar nuevas audiencias y engancharlas de inmediato con las ocurrencias de esos personajes que todos terminamos llamando “amigos”.

La historia gira en torno a la vida de seis jóvenes que rondan los veintitantos y que se enfrentan a la complejidad de la vida, pero siempre teniendo como punto de apoyo su amistad y una taza de café. En las 10 temporadas somos testigos de las más absurdas situaciones protagonizadas por  el apasionado por los dinosaurios, Ross Geller (David Schwimmer); la siempre a la moda, Rachel Green (Jennifer Aniston); el casanova, Joey Tribbiani (Matt LeBlanc); la rara pero encantadora, Phoebe Buffay (Lisa Kudrow); el sarcástico, Chandler Bing (Matthew Perry); y la competitiva, Mónica Geller (Courteney Cox).

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Aunque a simple vista FRIENDS parece una serie sencilla, que en cada uno de los 236 episodios repite el mismo modelo de comedia; su encanto y éxito radica en la familiaridad y cercanía que sus creadores David Crane y Marta Kauffman lograron con una fórmula básica. Las variables que integran esta ecuación de éxito son, un guion bien estructurado, con el toque exacto de comedia; unos  personajes que se complementan a la perfección y que fueron evolucionando sin perder su esencia; y un acertado reparto lleno de química que imprimió un toque único en cada escena.

Si bien FRIENDS no inventó el hilo negro del sitcom, sí marcó la pauta para muchas producciones que siguieron la fórmula de Crane y Kauffman. Algunas de ellas han logrado el éxito; pero nunca han podido superar la popularidad de la serie que nos hizo soñar con vivir en un departamento en Nueva York e ir todas las tardes a sentarnos en el icónico sillón naranja del Central Perk.

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Para las generaciones noventeras que FRIENDS acompañó y retrató en  su transición al nuevo milenio, esta serie se ha convertido en un bocado de nostalgia; pero, ¿qué ofrece a las nuevas generaciones para posicionarla dentro de sus series favoritas? ¿Qué la mantiene vigente? La respuesta es sencilla, su temática de amistad incondicional, esa nunca pasará de moda.En FRIENDS es fácil enamorarse de la ternura de Ross y Rachel, que sí, “estaban en un break”;  o morir de risa con la rudeza de Phoebe o llamarla Princesa Consuela; soñar con el protagónico en Broadway de Joey; sorprendernos de lo que pasó en Londres entre Mónica y Chandler. Cualquiera que sea la situación, se convierte en un recuerdo entrañable de esos personajes que saltaron de la pantalla chica para vivir en nuestros corazones. Esos seis amigos que al ritmo de The Rembrandts nos prometieron, “I’ll be there for you”.

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