Muchos lo recuerdan por la famosa obra que inspiraría el mundo artístico hasta nuestros días. Desde Tim Burton hasta Lady Gaga han retomado la estética de sus escenarios y vestuarios; su ideología fue influencia para recrear el caminar sistemático de una sociedad derrotada en The Wall de Pink Floyd e incluso podría decir que The Corporation, de Mark Achbar y Jennifer Abbott, llegó poco más de 70 años tarde con su crítica a la sociedad capitalista.

Metropolis

Sí, Metropolis le ha dado a Fritz Lang una fama sin fecha de caducidad. En pleno 2017, a 93 años de su realización parece una película actual e incluso innovadora. La cinta alemana fue la primera en formar parte del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO y comparte estante con Luis Buñuel, Vïctor Fleming, Charles Tait y con los padres del cinematógrafo: los hermanos Lumiére. Sin embargo, su filmografía le deja mucho más de qué presumir a este genio del séptimo arte.

Ciencia ficción, drama, fantasía, thriller, film noir y hasta westerns figuran entre los géneros del cine de Lang. Su mente era capaz de imaginar oro en la luna, criminales despiadados y obsesiones, pero también retrataba amores terrenales, injusticias, además de otros problemas sociales. Cada historia se apoyaba con la extraordinaria capacidad de entendimiento del cine así como de sus habilidades artísticas, desarrolladas en sus raíces, en sus estudios, pero sobre todo en su pasión por la imagen en movimiento.

En sus inicios, las temáticas que Fritz Lang abordaba junto con su estética fueron contribuciones para la corriente del expresionismo alemán. Fue con el crecimiento de la ideología nazi que el cineasta empacó sus convicciones para dejar el país germano. Hollywood, su nuevo hogar, sería testigo de su manejo de luz y sombras para así emprender el auge de producciones que después serían llamadas y catalogadas como cine negro, donde los claroscuros jugaban un papel psicológico más allá de estético.

Peter Lorre en “M”.

Con la cinta M, hizo su entrada triunfal en el cine sonoro, comprendió las posibilidades que éste le daba, incluyendo el silencio como un recurso valioso. Año tras año, el cineasta de origen austriaco, dedicó su vida a lo que tanto amaba. Cuando el capricho hollywoodense puso a prueba sus ideales al pedir que sus cintas cumplieran ciertos requisitos comerciales, nuevamente hizo maletas para defender su libertad creativa y regresar a Alemania. De vuelta en casa, filmó su última cinta con uno de sus personajes favoritos, el Dr. Mabuse.

La edad fue cobrando factura, poco a poco Fritz Lang fue perdiendo la vista y un 2 de agosto de 1976, la muerte -cansada o no- se lo llevó; no sin antes recordarle que “el amor es más fuerte que la muerte”. El respeto y cariño que se ganó empapó a Alfred Hitchcock al igual que a Luis Buñuel; le admiraba también el mismo Adolf Hitler y Joseph Goebbels. Influyó cintas de Charles Chaplin, George Wells, Clint Eastwood… la lista sigue hasta nuestros días porque él era un visionario, él era Fritz Lang: el genio.