¿Alguna vez te has imaginado ser alguien más? ¿Crees que hay gente que tiene una vida tan sencilla y feliz que te gustaría estar en su lugar? Pues, básicamente estas preguntas las plantean el guionista Charlie Kaufman y el director Spike Jonze en su película de 1999 Being John Malkovich (¿Quieres ser John Malkovich?).

Esta cinta, es el debut tanto de Kaufman como de Jonze, que presentaron una película con una trama un tanto enredada, diversos plot twists y debates filosóficos de un drama que se mezcla con tintes de comedia bastante bien elaborados.

La película aborda los temas de la felicidad, las aspiraciones personales; además del individualismo (egoísmo) que cada persona tiene en su interior a la hora de desear algo. Cada uno de los personajes principales, de inicio se presentan sin aspiraciones, vacíos, mundanos; a excepción de John Malkovich.

Recién comienza, se observa la felicidad, como un elemento no existente en el matrimonio de Craig (John Cusack) y Lotte Schwartz (Cameron Diaz), quienes son pareja, pero de ahí en fuera no se siente una conexión entre ellos, de hecho, Lotte le exige que a Craig que busque un trabajo.

Craig y Lotte tienen sus pasiones, aunque tanto al uno como al otro, no les gusta del todo las actividades de su pareja: él es un habilidoso marionetista y ella cuida de múltiples mascotas.

Curiosamente la manipulación y el dominio sobre otros (lo que hace un marionetista) es un punto enorme dentro del film, pues durante varios momentos de la historia todos los personajes que son relevantes, acuden a la manipulación de los demás, para conseguir lo que quieren y así ver concretadas sus aspiraciones; guiándose por actitudes egoístas, sin importar que tan inmorales, violentas y devastadoras puedan resultar.

La búsqueda de la felicidad del matrimonio se ve motivada en el momento que conocen a Maxine (Catherine Keener), una mujer fría, que gusta ser el centro de atención. Tanto Craig, como Lotte se sienten atraídos por Maxine. Buscan en ella un destello de felicidad, mientras intentan ocupar el cuerpo del actor John Malkovich, interpretado por el mismo Malkovich.

Esta película sabe mantener al espectador intrigado de qué es lo que sucederá en toda la hora y cuarenta y cinco que tiene de duración. Realmente pone a pensar, sobre la felicidad y sobre esa creencia tan recurrente de “mi vida sería mejor si tuviera la vida de alguien famoso o millonario”, porque de seguro es una persona sin preocupaciones, que realmente es feliz.

También la cinta pone sobre la mesa el ¿Hasta dónde seríamos capaces de llegar con tal de obtener lo que queremos? Porque cada segundo que pasa, los personajes tienen menos cordura y más ambición. Es fácil de digerir la cinta al momento de verla, después no tanto, porque al final te deja pensando en un millón de cosas.

La película es un crescendo de pensamientos y emociones, que se ve reflejada en la fotografía de la misma, pues al inicio todo es gris, hasta que al final la pantalla se ve llena de colores que dotan de vida y felicidad a los personajes.

Es un largometraje al que sin duda alguna se le debería de dar la oportunidad, pues es una experiencia interesante, entretenida y compleja, sobre literalmente estar en el pellejo del otro.

Y la última pregunta aquí es: ¿Tú quieres ser John Malkovich?