Multinstrumentista, de un estilo tan propio que influenció a ulteriores pianistas como Steve Barron. El jazz que Tommy Flanagan desprendía de sus manos era libre y estético, análogo al vuelo de un águila, su creatividad lo impulsó a elaborar una cantidad incontable de discos, algunos de ellos haciendo mancuerna con figuras eternas del gremio.

Flanagan nació en Detroit en 1930, la influencia que motivó estilísticamente su música fue el pianista Bud Powell, caracterizado por tener ideas del “nuevo bebop”, un calificativo dentro del jazz que a la postre sería identificada como el nuevo paradigma de la corriente principal del género musical.

Tras una corta carrera en su ciudad natal, su talante lo orilló a buscar nuevas aventuras en una de las casas del jazz, Nueva York. En 1956 comenzó el levantamiento de su talento y pronto tomaría lugar en las participaciones de los grandes músicos que atraían los reflectores.

La primer mancuerna fue con el histórico trompetista Miles Davis para la grabación de su disco Collector’s Items, ese mismo año fue contratado durante un mes por la cantante Ella Fitzgerald, conocida como “La Reina del Jazz”, con quien tuvo la oportunidad de tocar en el Newport Jazz Festival.

Posteriormente, en 1960, formó parte de uno de los discos más emblemáticos de aquél nuevo estilo de jazz, donde la improvisación toma un rumbo más libre, es decir, el Giant Steps del mítico saxofonista, John Coltrane, una obra invaluable de alta complejidad musical que satisface hasta los oídos más exigentes.

Ese mismo año improvisa codo a codo con Wes Montgomery, guitarrista fundamental dentro del jazz, además participó en el disco más importante de su trayectoria, el The Incredible Jazz Guitar of Wes Montgomery, cuya pieza más destacada es Four on Six, una explosión melódica entre cuerdas y teclas.

El piano de Tommy Flanagan compartió escenario y grabaciones con la histórica voz de Ella Fitzgerald, conversó con la virtuosa trompeta de Miles Davis, dialogó con el saxofón del innovador John Coltrane e impresionó a sus audiencias junto con la guitarra de Wes Montgomery.

Todos estos personajes son claves dentro del apasionante mundo del jazz, Flanagan es el trotamundos que incursionó venturosamente con cada uno de ellos, sin él, la música tendría un vacío armonioso y melódico. El legado que Tommy Flanagan nos deja es el de “una leyenda que estuvo detrás de otras leyendas”.