All Things Must Pass: 54 años después
Cuenta la leyenda que cansado del monopolio que Paul McCartney y John Lennon ejercían sobre el catálogo de canciones de The Beatles, George Harrison se guardó algunas de sus mejores composiciones para darles luz en el que sería su álbum debut: All Things Must Pass.
Las secuelas de Twickenham
Si has visto el documental de Peter Jackson Get Back, sabrás que las sesiones de grabación del álbum Let it Be en los estudios Twickenham fueron poco más que tensas, en especial para George que después de una salvaje pelea con McCartney, abandonó la grabación y tomó rumbo a Estados Unidos… De hecho el tercer track de All Things Must Pass, la rabiosa Wah-Wah, habla sobre la confrontación con Paul:
“No necesito ningún wah-wah.
Y sé lo dulce que puede ser la vida
si me mantengo libre, wah-wah,
no necesito ningún wah-wah”.
Ya en Estados Unidos, en una especie de retiro espiritual/musical, Harrison empezó a darle forma a su álbum debut, un disco que desde el mismo inicio, nos revelaría el estado anímico del tercer beatle: furia, desapego pero sobre todo, unas ganas locas de ser libre.
Dylan al inicio, Dylan al final
Durante la gestación del disco en Estados Unidos, Harrison estuvo muy cercano a Bob Dylan a nivel creativo y personal. Dylan fue una inspiración terrenal y espiritual en All Things Must Pass y su influencia se puede palpar en canciones como If Not for You, donde Harrison se aleja de la sofisticación del britpop y se va más al lado del country eléctrico (marca de la casa de Dylan).
Si If Not for You fue un homenaje sutil al cantante americano, con Behind That Locked, Harrison hizo un tributo explícito a Dylan, una carta de aliento en su regreso al ojo público después de su terrible (y misterioso) accidente en motocicleta:
“¿Por qué sigues llorando?
Tu dolor ya pasó.
Por favor, olvida esas lágrimas.
Déjame quitártelas”.
Es curioso y también hay cierta justicia poética en el hecho de que Bob Dylan estuvo al inicio de la creación de la leyenda de The Beatles, cuando les mostró a Lennon y McCartney que su música podía ser algo más que un pop adolescente, pero también estuvo presente durante la muerte del mito, cuando le enseñó el camino a Harrison para emanciparse de sus totems.
Dylan al inicio, Dylan al final.
¿Es All Things Must Pass el mejor disco solista de un Beatle?
Responder a esta pregunta como siempre con la música, es una cuestión de subjetividad (yo como fan de McCartney, me voy por Ram), sin embargo, no tengo duda de que All Things Must Pass es el el álbum más maduro y libre que jamás hizo un beatle en solitario.
Aunque Lennon se las daba de espiritual y McCartney de maduro, sus álbumes debut están llenos de complejos. En John Lennon/Plastic Ono Band, se nota a leguas la obsesión de John por separarse del sonido y concepto de The Beatles, para irse a un lugar más “disruptivo” (negando sus raíces en el proceso). En McCartney (primer disco de estudio de Paul), se nota que el bajista del cuarteto quiere darle rienda suelta a su pop barroco dulce, casi cursi (que Lennon tanto criticó y mantuvo a raya siempre).
Por otra parte, All Things Must Pass está lleno de autoconocimiento y eso lo podemos ver en cómo Harrison no suelta su instrumento insignia y sigue experimentando con su guitarra en I´d Have You Anytime. El disco no se queda en la zona de confort, también tiene aprendizaje, hay que ver cómo George trabajó en su habilidad letrística en canciones como Beware of Darkness. A diferencia de sus compañeros, con este disco Harrison aprendió a dejar ir y buscar su propio universo.
Tras la separación del cuarteto de Liverpool, la pregunta más común que se le hacía a McCartney, Lennon, Starr y Harrison era: ¿Hay vida más allá de The Beatles?
Pasen a escuchar All Things Must Pass y descubran que la respuesta es sí.