El director Albert Serra nos presenta una propuesta ambientada en la Europa del siglo XVIII, con la que se hizo acreedor al galardón Premio Especial del Jurado en el último Festival de Cannes, en la sección Un Certain Regard, Liberté.

1774, años antes de la Revolución Francesa, entre Postdam y Berlín, Madame de Dumeval, el Conde de Tesis y el Duque de Wand, libertinos expulsados de la corte puritana de Luis XVI, van en busca del legendario Duque de Walchen, un seductor y libre pensador alemán, en un país donde reina la hipocresía y las falsas virtudes.

El filme es una perfecta combinación entre luces y juego de miradas desarrolladas en un bosque cercano a Berlín en el que el grupo de libertinos que huyó  de la corte puritana de Luis XVI deja volar sus más oscuras fantasías y perversiones, liberándolas sin pena ni tapujos en medio de la maleza. 

En casi 120 minutos Serra nos presenta el libertinaje que se vivía en Alemania en los años 1700, en el que la palabra explícito se queda corto con la gran cantidad de escenas sexuales de las que podemos ser testigos, Serra es sin duda el personaje que más desesperado podemos ver al querer cometer toda clase de crímenes para satisfacer sus necesidades fisiológicas.

Albert Serra se ha caracterizado por realizar películas alejadas de lo comercial, mostrando un cine desinhibido, libre de cualquier tabú o complejo, un tanto crudo y difícil de procesar alrededor de lo que el cineasta español nos quería presentar como espectadores con Liberté.