TIEMPO SUSPENDIDO: UN EXTRAÑO ¿DON?
Por siglos y siglos la idea de poder controlar el tiempo a voluntad ha sido una constante en los deseos del ser humano, detener las agujas del reloj para gozar de más tiempo del que por leyes físicas o designio divino corresponde es muy tentador. Admítelo todos los hemos pensado alguna vez.
Hasta ahora esa fantasía de controlar el tiempo solo queda en eso, un deseo, aunque para la mente de un escritor jugar con esta premisa resulta un reto fascinante. Muestra de ello emergen las 190 páginas de Tiempo suspendido, una ficción de la pluma de Christian Pedemonte Del Castillo que ejemplifica este anhelo conjugado con una romántica historia de amor.
La novela traída por editorial Trillas nos adentra en la vida de Emilio y Beatrice, dos jóvenes que viven en el poblado de Bernal, una ciudad ficticia, donde la pareja descubre que ambos tienen el “don” de detener el tiempo y manejarlo a conveniencia.
Con una serie de “paréntesis temporarios” (como llamaban a la acción de parar el tiempo, creando una línea temporal donde solo ellos podían interactuar) la pareja comienza a vivir una “realidad simultánea” a la de Bernal y el mundo entero, es decir, una doble vida donde el tiempo no existe, es eterno. Los que somos amantes del surrealismo, esta inventiva es sumamente atrayente y más cuando en varias páginas se inmiscuye el nombre de Dalí.
Para nuestros protagonistas el tiempo juega a su favor, porque en cierta realidad no existía, pero se supone que la idea de vivir es justamente disfrutar de eso que es efímero y no de lo eterno que en algún punto se vuelve monótono. Aquí un tercer y misterioso personaje arroja la pregunta, ¿detener el tiempo es realmente vivir? Emilio y Beatrice tendrán que descubrirlo.
Aunque la historia se cuenta en orden cronológico, está dividida en LVII capítulos, con los que el lector logra experimentar la sensación de brincar entre “paréntesis temporarios” como los protagonistas, lo que resulta atrayente cuando eres consciente de la sensación.
Tiempo suspendido del escritor capitalino Pedemonte Del Castillo es una lectura breve y fácil de devorar, que regala al lector una historia de ficción cautivadora con el toque exacto de romance.