Cuando High School Musical 3: The Senior Year (2008. Dir. Kenny Ortega) llegó a los cines del mundo el 24 de octubre de 2008, una generación entera de pubertos y adolescentes purificó su alma a base de lágrimas al ver la despedida final de sus personajes favoritos. 

Sin embargo, una parte de los fanáticos quedó perpleja y francamente molesta con lo que de otra forma sería una conclusión perfecta. ¿Por qué Ryan invitó a Kelsie al baile?

High School Musical

Para quien haya vivido bajo una piedra los últimos 15 años o para los lectores centennials (sabemos que no existen), High School Musical (Dir. Kenny Ortega) es una película para televisión estrenada en 2006 que se convirtió en uno de los éxitos más grandes que haya visto The Walt Disney Company. 

Una trilogía cinematográfica, series, reality shows, giras mundiales, adaptaciones internacionales, discos, formatos caseros, libros e infinidad de memorabilia cimentaron a HSM (como se le conoce entre los seguidores) como uno de los productos más importantes del inicio del siglo. 

A grandes rasgos, la franquicia se centra en Troy Bolton y Gabriella Montez: dos adolescentes con amor por el canto que pasarán los próximos dos años de sus vidas rompiendo y retomando su relación, para deleite de las audiencias. 

Pero lo que el día de hoy nos atañe no son los protagonistas de la historia, sino un personaje terciario llamado Ryan Evans, interpretado por Lucas Grabeel. Ryan es el hermano gemelo de la antagonista Sharpay Evans, y rara vez tiene una participación significativa en la trama. 

Su relevancia yace en su posición privilegiada entre los fanáticos de la trilogía. El carisma llamativo del personaje lo ha puesto bajo escrutinio. Sus boinas, sombreros y pantalones rosas llevaron a la audiencia a deliberar inmediatamente que Ryan se trataba de un personaje homosexual. 

All for one

El legendario, talentoso y magistral director Kenny Ortega ha comentado que en su momento no se sintió seguro de declarar al personaje abiertamente gay, lo que llevó a que muchos percibieran a la escena en la que Ryan invita Kelsi Nielsen al baile de graduación como un intento burdo de último minuto por heterosexualizar a lo que pudo haber sido una ventana para la representación LGBTTTIQ+. 

¿Pero por qué serían relevantes las incoherencias nostálgicas de este comunicólogo que escribe para ustedes? Hasta el día de hoy el personaje se considera como una oportunidad desperdiciada y otra ejecución heteronormada por parte de Disney pero, por el contrario, podría tratarse de un espacio inesperado para la representación.

Recientemente muchos estudios cinematográficos han tomado como una prioridad el incrementar la diversidad en sus producciones, ya sea por verdadera convicción moral o por pura conveniencia monetaria. 

María Marcos Ramos y Beatriz González de Garay explican espléndidamente por qué es importante sentirse identificado con el contenido que consumimos: 

No se debe olvidar el papel que los medios de comunicación tienen no solo como informadores sino como creadores de marcos interpretativos, de modelizadores de conciencia. El análisis de estos marcos, además de per­tinente, es necesario para comprender la representación que se está haciendo de los grupos minoritarios en ellos, pero también para demandar la representación que estos grupos pueden hacer de sí mismos y de su entorno a través de una práctica mediática autónoma. Resulta, por tanto, fundamental analizar el modo en que una sociedad es representada en los medios para poder comprender, como si de un documento histórico se tratase, el contexto al que hace referencia. 

Stick to the status Quo

La presencia de personajes LGBTTTIQ+ en los medios es innegablemente obligatoria, ¿pero por qué a tantos les resulta tan imperdonable la falta de explicitud referente al personaje encarnado por Grabeel? Todo parece indicar que comenzamos a pecar en el extremo opuesto de lo que tanto hemos renegado durante años. 

Su punzante sentido de la moda, interés por las bellas artes, cercanía con su madre y talento para el teatro musical han hecho que el mundo entero interprete a Ryan como gay sin ningún tipo de declaración o confirmación. ¿No es esa la misma estereotipación heteronormada que intentamos erradicar? 

¿Por qué tenemos que definir la orientación sexual de un personaje por sus gustos o manerismos? ¿Por qué tenemos que definir la orientación sexual de un personaje en lo absoluto? Una inocente invitación al baile no define absolutamente nada sobre una persona. Estas imposiciones no me parecen muy diferentes a cualquier película de acción juntando románticamente de manera forzada a los dos protagonistas heterosexuales. 

The boys are back

Para cerrar este escrito me atreveré a romper la regla de los autores periodísticos y tomaré el texto a terreno personal. Como un hombre cisgénero heterosexual, toda mi vida me sentí incómodo por amar todo lo que es considerado “para mujeres”. Boybands, musicales, comedias románticas y muchas otras cosas triviales me pusieron en el blanco de la diana de las burlas de mis compañeros hombres. 

Muchas veces me sentí demasiado afeminado para encajar con los hombres y demasiado heterosexual para encajar con los hombres gay con los que podría compartir mis gustos. Actualmente sé que estas ideas no sólo son erróneas, sino que me he dedicado a la construcción de mi masculinidad bajo mis propios términos. Juro que este desahogo viene al tema. 

Mirando en retrospectiva, comprendo lo reconfortante que hubiera sido ver a muchos más personajes sensibles y artísticos, interesados en “cosas de mujeres” sin que estuviera ligado de manera obligatoria a su sexualidad o sin que fuera la premisa para otro chiste sexista. 

La masculinidad es un concepto que requiere su propio ensayo para siquiera intentar rozar la superficie de sus implicaciones. No obstante, sí diré que hasta el día de hoy seguimos navegando con preceptos e ideas completamente obsoletas. La destrucción (no deconstrucción) de esos preceptos requieren mucho y muy duro trabajo, el cual incluye la representación de hombres que desafíen absolutamente todo lo que un hombre heterosexual “debe” ser. 

The start of something new

No intento caer en el vomitivo discurso conocido como “pobrecitos hombres heterosexuales, ya no tenemos lugar en la sociedad”. Hemos monopolizado los medios desde el momento mismo de su aparición. No necesitamos más espacios, pero sí necesitamos cuestionar la calidad de representación que tenemos. 

Las minorías necesitan inmediatamente de representación y visibilización en el cine y la televisión. Su presencia en narrativas es imperativa, no debe disminuir y mucho menos a expensas de más hombres cisgénero heterosexuales en pantalla, aunque también es importante reconocer el valor de personajes masculinos disruptivos y compasivos, sin la necesidad inmediata de llevarlos al terreno homosexual o incluso a cualquier terreno sexual.

Para muchos Ryan Evans es una oportunidad perdida de representación, un ejemplo de la cobardía e hipocresía de las grandes empresas de entretenimiento, pero para algún niño pequeño, fue la oportunidad de sentirse identificado con el adolescente estrambótico y musical que no se preocupaba por detenerse a aclarar su orientación sexual a todo el que estuviera dispuesto a escuchar. 

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Referencias

  • Marcos Ramos, M., & González De Garay, B. (2022). La importancia de lo representado. Anuario Electrónico de Estudios en Comunicación Social «Disertaciones», 15(1). https://revistas.urosario.edu.co/xml/5115/511569019005/index.html
  • Setoodeh, R. (2020, 30 junio). Director Kenny Ortega on the Queer Aesthetic of His Movies From ‘Hocus Pocus’ to ‘High School Musical’. Variety. Recuperado 29 de agosto de 2022, de https://variety.com/2020/film/news/director-kenny-ortega-pride-high-school-musical-1234694033/