Furor
En la ventana de un departamento en Alemania se encuentra Nele viendo a la ventana mientras espera la visita de Braubach candidato a alcalde que tuvo la mala fortuna de atropellar a Enno, su hijo de 17 años que según los medios de comunicación había tenido roces con la ley y después del incidente perdió una pierna. Nele se encuentra preocupada por el futuro de su hijo y el funcionario público se encuentra igual de preocupado así que ofrece su ayuda con lo que parece solucionar todos sus problemas.
Este enfrentamiento se resuelve en algunos minutos y parece que es un final feliz para todos, hasta que llega Jerome―sobrino de Nele― un joven de casi 30 años que trabaja en una paquetería y que tiene jornadas laborales tan largas que puede pasar todo el día sin comer. La clase obrera, la persona que vive día a día y que se puede entender como el promedio de la sociedad, ese que guarda un rencor por la burguesía derivado de las injusticias sociales que le han tocado sufrir.
La obra de Lutz Hübner y Sarah Nemitz es un debate que difícilmente podríamos ver en otra situación es un uno a uno entre el pueblo y su gobernante, hay un diálogo limpio, sin la diplomacia propia de esos ejercicios que vemos en cada elección o en espacios controlados se queda fuera, podemos ver a dos personas en su estado más visceral discutiendo con los argumentos que tienen de acuerdo a sus referentes. El político tiene la experiencia, el control y el ciudadano “de a pie” tiene la información que ha podido conseguir y las ganas de cambiar las situaciones.
El valor que tiene Furor más allá de las actuaciones, la escenografía, la dirección y su dramaturgia son los espectadores. Podemos ver las diferentes reacciones que tienen de acuerdo a sus formas de pensar fuera del recinto, las risas que se escuchan nos dejan ver la forma que cada uno tiene de ver la vida. Encontramos momentos que pueden ser bastante incómodos por lo cercano que son a hechos que se han vivido en México.
La traducción de este texto alemán estuvo a cargo de Stefanie Weiss ―quién también interpreta a Nele― y Luis de Tavira ―director de esta puesta― el equipo lo terminan de conformar Juan Carlos Vives en el papel de Braubach y Rodrigo Virago que es el encargado de darle vida a Jerome. La actuación de estos tres es sin duda un elemento que juega a su favor, pues cada uno se puede notar la forma en que se involucran con los personajes y hacen que estas reacciones del público sean tan genuinas.
Luis de Tavira hace muestra de su experiencia cómo director y nos presenta una puesta en la que cada uno de los movimientos están involucrando a los espectadores en esta historia en la que podemos ver como las situaciones de injusticia y corrupción siguen vigentes aún en lugares que parecieran tan “avanzados” como Alemania. Me ha resultado interesante la forma en que Braubach se maneja, pues sus movimientos me recuerdan a un canciller mexicano.
Furor se estrena en un momento social en México en el que el tema será relevante y es una obra de la que seguro escucharemos hablar en más de una ocasión. No te pierdas de esta puesta en escena que se presenta en el Teatro de las Artes del CENART con funciones los jueves y viernes, a las 20:00 horas; sábados, a las 19:00 horas; y domingos, a las 18:00 horas hasta el próximo 4 de diciembre.