Vera y el apellido Gemma
El cuadragésimo segundo Foro Internacional de Cine presentado por la Cineteca Nacional, arrancó el pasado jueves 22 de junio con la película del dúo de directores austro-italiano Tizza Covi y Rainer Frimmel, Vera (2022), una cinta semi autobiográfica que sigue la búsqueda existencial de la actriz Vera Gemma a través de una mezcla de documental y ficción.
“Me sorprendió que fuera usted capaz de deducir qué me inspiró para mi último largometraje”, le dice el director de cine a Vera durante un casting. “Su rostro ha visto el bisturí demasiadas veces, su pelo rubio decolorado, su excéntrica ropa de diseño y su llamativo sombrero de vaquero no contribuyen precisamente a dar la impresión de que es una persona versada en las artes o el cine”.
Una escena donde de poco nos damos cuenta de que el rostro de la actriz en esta cinta es nada más y nada menos que el de Vera Gemma, la hija del gran actor italiano Giuliano Gemma, quién se hizo famoso por su participación en los spaghetti westerns, mejor conocidos como eurowestern o western europeo, un subgénero particular del western creado por directores italianos y que se caracteriza, precisamente, por tener producciones europeas, contrario a las películas tradicionales del género que se filmaban en Estados Unidos.
Un brusco cambio de escena reemplaza al director que veíamos antes por un joven que le solicita a Vera una selfie por la calle para inmortalizar su mágico encuentro. A decir verdad, Vera tiene varias escenas como estas que más adelante nos ayudarán a entender que ser la hija de un famoso artista abre puertas, pero no siempre compra la felicidad.
La siguiente escena se desarrolla con Gennaro, un aspirante a director que parece estar comenzando en la industria del cine y que, como todos los demás se interesa en Vera sólo por su apellido, sus contactos y su dinero, ya que, en múltiples ocasiones le podemos observar pidiéndole “pequeños” favores que, siempre promete serán los últimos. Ni siquiera el apellido Gemma queda exento de los ladronzuelos que andan por la ciudad.
Cansada de combatir su soledad relacionándose con gente al azar y como consecuencia de que su chófer Walter atropellara a un pequeño niño en la ciudad, Vera encuentra la oportunidad perfecta de hacer algo verdaderamente significativo que la sacara del estado emocional en el que se encontraba. Aquí un choque de mundos, por un lado, el de Vera, con una ostentosa vida y por el otro, el de Daniel, quien vive con su hijo y su madre en una modesta casa, con pagos de renta, sin contar que carecen de cosas tan básicas como el agua potable y la energía eléctrica, una lucha incansable contra la miseria.
Pero, lo que parecía en un principio una historia de amor cruzada, termina por convertirse en una increíble reflexión del ser: Vera quería algo más para sí misma, quería ser más que la hija del gran Giuliano Gemma; sin embargo y tal como la película lo muestra, lo más probable es que el mundo nunca se lo permitiría.