Para el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), estrenar en México las películas de Hirokazu Kore-eda se ha convertido en una (bonita) tradición. En el 2022 pudimos ver Broker, un film conmovedor sobre la creación/configuración de la familia (tema obsesivo en el canon de Kore-eda) y quizá la entrada más amigable a la filmografía del director japonés.

Para este año FICM nos trajo Monster (Kaibutsu), una película con la que Kore-eda regresa a rodar en Japón después de incursionar en la industria francesa con La Verdad y viajar a Corea del Sur para filmar la ya mencionada Broker.

Profundizar en una reseña sobre el argumento sería meterse en terrenos peligrosos del spoiler, a grandes rasgos les puedo decir que Monster es una película de amor disfrazada de thriller y aderezada por una narrativa deliciosa y maliciosamente ambigua.

Para contarla, Kore-eda se ha alejado de su habitual estilo narrativo lineal y transparente para crear un puzzle donde la historia se relata a partir de las distintas perspectivas de sus personajes (muy a la Rashomon de Kurosawa). Con cada perspectiva, la historia no solo nos va dejando pequeñas pistas sobre su inquietante misterio (el deus ex machina no existe en el diccionario de Kore-eda), sino que va saltando de forma admirable (casi increíble) de género en género… Suspense, drama, cine social, romance, todo cabe en esta película inaudita.

La Caja Negra

En Monster, cada perspectiva de un personaje sirve como una pequeña parte de una caja negra, pero también como una declaración de influencias cinematográficas de Kore-eda:

  • Saori Mugino: madre soltera que intenta averiguar el presunto abuso de un profesor contra su hijo. El personaje de Saori en su lucha contra el sistema escolar japonés bien podría ser una heroína social de los hermanos Dardenne o Ken Loach.
  • Minato Mugino: hijo de Saori, el personaje que le da enigma a la trama, fantástico en su ambigüedad y sufrimiento. Embonaría a la perfección en el cast de Close de Lukas Dhont.
  • Yori Hoshikawa: amigo de Michitoshi, interpreta a un niño que sufre de bullying y escapa de la realidad ensimismándose. Fácilmente podría ser un personaje de Hayao Miyazaki, Mei Kusakabe (Mi Vecino Totoro) o Kiki (Kiki: Entregas a Domicilio) viven en su alma. 
  • Michitoshi Hori: profesor de Minato y Yori, su viaje (siendo acusado de abuso por el sistema), recuerda la salvaje y poderosa travesía de Lucas (Mads Mikkelsen) en La Caza de Thomas Vinterberg.
  • Humiaki Shoda: directora de la escuela donde trabaja Hori, su tragedia personal y el peso de la culpa que debe transmitir, evoca la trágica depresión de Lee Chandler en Manchester by the Sea.

Ser humano

A diferencia de directores como Christopher Nolan o Darren Aronofsky, que suelen complejizar sus guiones a fin de esconder sus deficiencias narrativas, Kore-eda no utiliza en Monster su estilo para contar la historia como trampa, lo usa para dar zoom al elemento que por naturaleza domina su cine: el ser humano.

Cada perspectiva, cada cara, cada punto de partida sirve para entender a los personajes, para absorberlos, para mimetizarse en cada sufrimiento y culpa… Esa es la clave para que al final todas las dimensiones converjan. 

Cuando la película termina, parece casi un milagro que una historia tan engañosa (en apariencia), se vuelva tan transparente, tan luminosa, es el humanismo de Kore-eda el que logra lo que parecía imposible.

Lo que al principio era inquietante pasa a ser (en palabras de la crítica Tomris Laffly) “una dulce incógnita” para al final revelarse como una de las historias de amor más equilibradas y tiernas del cine moderno.

Nueva obra maestra, nuevo hito del cine humanista firmado por el maestro Hirokazu Kore-eda. y la puedes disfrutar como parte de la 74 Foro Internacional de Cine de La Cineteca Nacional.