Hirokazu Kore-Eda llega con otro hit a su filmografía con Broker, una historia que explora la complejidad de la maternidad, la orfandad y la familia a partir de un grupo de personajes imperfectos que encuentran un vínculo a partir de sus heridas. Se trata de un viaje emotivo, destructivo e imperdible en el que te encariñas con una ficción sumamente aterrizada que explora los temas conocidos del director.

Algo que dejó Guardianes de la Galaxia Volumen 3 es que la familia no es aquella en la que naces necesariamente, sino aquel lugar en el que las personas deciden con quién entablar vínculos de confianza a partir del entendimiento de nuestra propia incompletud. Forajidos que pasaron a ser héroes y después a ser una familia imperfecta, esa es la línea que sigue Intercambiando vidas, en la que conoceremos a un grupo en el que cada integrante carga con sus propios demonios e historias.

La lluvia y la noche son dos elementos que acompañan desde el inicio a la protagonista: So-Young, una chica que decide dejar a su bebé a las puertas de una iglesia con el propósito de darlo en adopción y con la promesa de que volverá por él en algún momento, sin embargo, dos hombres del lugar se hacen con el recién nacido para buscar a unos padres adoptivos que estén dispuestos a pagar un precio para hacerse con el bebé.

Al descubrir esto So-Young ve una oportunidad para encontrar unos buenos padres para su hijo, por lo que decide ayudar a este par con tal de no delatarlos con la policía y recibir una parte del pago. Es así como empieza un viaje por carretera que une los caminos de So con los “brokers” Sang y Dong-soo, así como de las detectives que siguen el rastro de este grupo.

La película te engancha desde el inicio, el misticismo detrás de los propósitos que siguen los personajes hace que quieras saber cómo concluirá todo mientras vas descubriendo el por qué de sus acciones, qué los orilló a comportarse de cierta manera o cómo saldrán de alguna encrucijada. 

La referencia directa para comprender aún más a la película es otra obra del director llamada Shoplifters (2018) donde también se explora la conformación de familias poco convencionales en un contexto donde distintas problemáticas sociales y el cuestionamiento de la moral son ejes rectores de la historia. 

Con ello este viaje nos permite entender la complejidad de un tema como la maternidad al ser So-Young una madre soltera que no se siente lista para criar a otro ser humano, una situación delicada que profundiza mucho en su construcción a partir de los silencios, miradas y diálogos que también dejan un gran sello de duda a uno como espectador. Esto deja entrever una crítica social importante en la obra, donde los diálogos van dirigidos, en varias ocasiones, a cuestionar el papel de las instituciones, algo que da mucho en qué pensar, más si lo contrastamos en un país como México.

El vínculo que une a todos los involucrados es el bebé Woo-sung (hijo de la protagonista) porque en torno a él también entra el tema de la orfandad y otra faceta de la maternidad que tiene que ver de lleno con los brokers que intercambian bebés por dinero. Sus historias de vida permiten conocer lo complicado que resulta adoptar a alguien, así como las variables que impiden a un infante el que lo quieran adoptar, como la edad, el miedo y la necesidad no correspondida de pertenecer a una familia. 

Esta película es un paraguas de emociones en el que poco a poco descubres las facetas de personas rotas que buscan un refugio en un mundo que los orilló a tomar decisiones que pueden parecer incomprensibles, pero que con el pasar de los minutos reflejan toda su complejidad. Al ser una cinta sensible por las temáticas es justo decir que el tono baja de intensidad por momentos para mostrar situaciones de comedia o sumamente emotivas que pueden hacer soltar las lágrimas.

Llega un punto en el que te encariñas tanto con los personajes que deseas conocer más de ellos y que todo salga bien con las situaciones que atraviesan, pero en el fondo sabes que la vida a veces puede ser más difícil que llegar a un final feliz. 

Esta es una película imperdible para las personas que siguen el trabajo del director, así como para aquellas que gustan de los road trips emotivos con momentos introspectivos. Es ideal para pasar un momento valioso en el cine, ya que es de esas obras que te dejan un mensaje interesante que invita a la reflexión y a la crítica.