Rumbo al Oscar: Oppenheimer
Oppenheimer es la doceava película del director y guionista británico-estadounidense, Christopher Nolan, quien cuenta con una carrera más que destacable colocándolo como uno de los cineastas modernos más importantes. Su manera de narrar historias es particular, haciendo que muchas de las cintas en su filmografía tengan un estatus de confusas, tal es el caso de la película antecesora a Oppenheimer: Tenet.
Fue en el rodaje de esa película que Christopher Nolan conoció al actor Robert Pattinson, quien al finalizar las filmaciones del filme le obsequió al director el libro: “Prometeo americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer” escrito por el columnista Kai Bird y el historiador Martin J. Sherwin, en el cual se inspira gran parte del contenido de la película.
La cinta está dividida en dos partes que dan saltos temporales hasta que finalmente coinciden en el final del metraje, más no de la historia: la conversación de Oppenheimer con Einstein en el estanque. Desde su segunda película Memento (2000) ya se veía una intención por contar historias en líneas temporales diferentes que coincidieran en el punto final de la cinta diferenciadas por una sección a color y una a blanco y negro.
En Oppenheimer esta idea se explota y se argumenta que la parte del metraje que esta en blanco y negro es la narración objetiva de los hechos que rodean la aspiración de Louis Strauss al gabinete presidencial, mientras que la sección con color es la versión de la historia subjetiva, narrada desde los ojos del teórico; cada una está identificada por dos conceptos físicos: Fisión (para Oppenheimer) y Fusión (para Louis Strauss).
La Fisión en física es un fenómeno que ocurre cuando un átomo pesado se divide en otros más ligeros emitiendo grandes cantidades de energía. Las escenas a color con este título radica en su subjetividad, ya que son eventos que se mantienen dispersos partiendo de un dato detonante en los eventos narrados en la sección de Fusión, que también es un fenómeno físico que explica como átomos pequeños se unen para formar uno pesado.
Esta metáfora física es uno de los puntos más fuertes de la cinta, tomando en cuenta esto el montaje se convierte en el fuerte de la cinta. Para ejemplificar esto hay que tomar la subtrama del incidente que Oppenheimer tiene con Heakon Chevalier, de primera estancia este altercado se menciona por primera vez en la narrativa de fusión, y poco a poco fue explicándose en la sección de fisión haciendo que, de alguna manera, un dato pequeño que estaba en la sección blanco y negro, explote y se desarrolle en la parte a color, donde Oppenheimer narra de manera subjetiva los eventos del proyecto Manhattan dándole peso emocional para la audiencia.
Como una técnica acertada para crear intriga, trabajan el guión y el montaje como los pilares de la cinta los cuales plantean la duda sobre qué fue lo que pasó para que todo haya salido en contra de Robert Oppenheimer y de varios de sus colegas, a pesar de lograr lo que hizo en Los Álamos. Otro ejemplo de lo bien guionizada y montada que está la cinta es la presentación del Coronel Boris Pash, la cual está construida en tres testimonios y dos conversaciones que ocurren en diferentes tiempos, cada una añade tensión a la situación, demostrando el poder y peligro que representa el personaje de Casey Affleck. Mientras que el uso de diálogo para describir lo peligroso de una situación o persona podría restarle peso a su aparición se emplea de tal manera que no es necesario que Pash demuestre el porqué es alguien de temer.
Otro soporte que hace que esto sea posible son las actuaciones impecables del elenco. Es increíble la cantidad de actores de renombre que están en la cinta, tanto nuevos como de la vieja guardia. Todos los personajes son interpretados por grandes actores y actrices, algunos apenas tienen una participación pequeña como es el caso de Gary Oldman, David Dastmalchia, Rami Malek, Dane DeHaan y Kenneth Branagh, sin embargo, dan todo de ellos en sus incidentales.
Por su parte, Emily Blunt traza con genialidad su papel, siendo el único que marca las pautas para entender que Oppenheimer era un. Robert Downey Jr rompe con todos los comentarios de quienes alegaban que se había estancado en interpretar a Iron Man y da una actuación feroz. Bennie Safdie deja la dirección y comienza a abrirse paso en la interpretación, siendo este el proyecto más grande en el que ha participado. Finalmente la actuación de Cillian Murphy se centra en su mirada dotando de momentos introspectivos pero efectiva a la hora de transmitir las emociones del personaje.
A pesar de que existen muchas temáticas en la cinta, la parte emocional se divide en: Culpa, egoísmo y cobardía. Si bien la culpa es un elemento central en la trama he de decir que la cobardía de Oppenheimer en sus consecuencias por ser egoísta es donde recae el tercer acto, ya que desde siempre supo que su invención causaría daños fatales al mundo, pero es hacia el final donde Oppenheimer intenta darle un rumbo diferente al desarrollo de programas atómicos. Es la cobardía de no querer ese peso encima lo que se convierte en una máscara. Sin embargo es demasiado tarde ya que su título de padre de la bomba atómica está marcado por miles de muertos.
Pero no podemos pasar por alto la banda sonora hecha por Ludwig Göransson, siendo esta la segunda vez que el compositor crea un soundtrack para Nolan. Los temas cuentan con arreglos en violines que suman tensión, grandeza, orgullo y culpa. Siendo los dos más populares “Can you hear the music?” y “Trinity”. Aunado a esto el diseño sonoro contribuye a enfatizar la ansiedad producida por las pisadas festivas de los habitantes de Los Álamos y en los visuales con explosiones y chispas.
Visualmente es de destacar el hecho de que las explosiones y visiones atómicas de Oppenheimer fueron hechas de manera práctica, sin CGI, como Nolan acostumbra. La fotografía es minimalista pero se mantiene fuerte. La cinta es un conjunto de técnicas aprendidas por Christopher Nolan y puestas en práctica de manera magistral para contar la historia de un hombre que tuvo la responsabilidad de miles de muertos en su momento, el título de Prometeo americano ayuda a su papel de víctima, cuando en realidad lo que ocurrió fue egoísmo.
La película cierra con una mirada de Cillian Murphy que transmite la culpa infundada por un egoísmo al no detenerse y una cobardía al no querer luchar por salir a flote o darle la espalda al proyecto sabiendo que no hacía lo correcto,. Oppenheimer es una cinta sobre una persona que tuvo la capacidad de frenar la destrucción y sin embargo decidió continuar; una carga que lo persiguió hasta el día de su muerte, dejando el mundo con el regalo del fuego para que la humanidad se destruya a sí misma.