Una de las grandes competidoras para la próxima entrega del Oscar es la nueva entrega de Yorgos Lanthimos, Poor Things. La película nos presenta a Bella Baxter, una mujer que a manos del Dr. Godwin le es trasplantado el cerebro del bebé que gestaba antes de optar por quitarse la vida.

El cerebro de un infante en el cuerpo de una mujer, resulta una premisa interesante, pues por medio de las interacciones con los estímulos del mundo exterior se explora el crecimiento de su protagonista. Temas como el despertar sexual femenino, la violencia, libertad, el gran valor de ser uno mismo, el amor propio y los vínculos afectivos, el perdón, entre otros, son los que explora Poor Things.

El hecho de que la película sea narrada desde una perspectiva femenina, aporta mayor peso a la trama, pues, permite valorar la forma en que las mujeres han sido oprimidas, juzgadas e incluso violentadas por ejercer elementos que conforman su humanidad: sexo, amor, trabajo, derecho a decidir, etc., y que, durante años no han sido ejecutados en equidad debido a las circunstancias sociales y culturales.

Por otro lado, también se aborda el valor y la visión de la belleza, cualidad de la estética que usualmente es remitida a “lo bello” y que ha perpetuado la idea de que el arte debe ser -bonito- para otorgarle ese valor, dejando de lado su opuesto: lo “feo” que también complementa el concepto de estética, y sin este, no podría ser apreciada la belleza. Esta visión es plasmada tanto en el personaje de Bella, como en el de su creador, el Dr. Godwin.

En otra vertiente, el largometraje muestra el valor que existe en la decisión de ser uno mismo, ya que, permite llevar nuestro pensamiento a una forma de vida digna, humana, honesta, transformando el ser y estar, en algo auténtico.

Poor Things nos propone estar abiertos a la experimentación, a dignificar la vida, del mismo modo que se aprende a respetar el deceso, y a aprender del horror, de lo que dolorosamente humano representa a veces la existencia, pero abrazarlo, y descubrir lo poderosamente bello que implica la vida, ya que, después de todo, eso es lo que nos permite crecer.

En los temas por los que transita radica, en parte, la discusión que ha generado la cinta a la que se le ha comparado incluso con la mirada feminista que se retrata en Barbie. Sin embargo, no se ha podido negar la construcción visual que Lanthimos ha logrado. Desde el diseño de arte hasta el vestuario son aspectos fuertes que la han posicionado como una de las favoritas en esta temporada de premios.

Asimismo, la audiencia ha declaro a Emma Stone como la ya cantada victoria en la categoría de Mejor Actriz en los Premios Oscar y aunque Lily Gladstone le pisa los talones se cuestiona si se trata de un reconocimiento al trabajo histriónico o una cuestión política y es que La Academia no se distinguido precisamente por apartarse de los discursos que pongan en riesgo su imagen.

Poor Things es una película en la que convergen diversos contrastes, y aunque puede que no sea una película para todos, es una cinta que tiene mucho que aportar, y que, sin duda vale la pena darle una oportunidad para crear otras perspectivas del mundo.