Las series han sido historias que marcan generaciones y en los personajes podemos identificarnos como uno de ellos, ¿Eres Carrie, Charlotte, Samantha o Miranda? ¿Ted Mosby o Barney Stinson? Pero en el caso de la comunidad LGBTTTIQAP —también llamada LGBTiQ+— es difícil que podamos encontrarnos en esas historias, porque no fueron escritas para nosotrxs y los personajes de la comunidad quedaban replegados a ser incidentales, el mejor amigo de la protagonista o una burla de un solo capítulo. 

Hace unos años volví a ver Friends, me incomodó mucho por los comentarios que inocentemente parecían herir a mi yo del 2023, cuando antes me causaban risas; dentro del humor podíamos ver la transfobia con la que se vivía en la sociedad. Pienso en aquellas personas que vivieron con esa realidad en su día a día y en las pocas opciones que tenían para verse representados en la televisión, se tenían que adaptar a los personajes heterosexuales que poco hablaban de ellas.

He observado distintos personajes que tuvieron un guiño a ser parte de la comunidad LGBTIQ+ pero que por alguna situación fueron reprimidos en la ficción y quedaron en el clóset, dejando que los personajes callaran esas características para tener una historia heterosexual que terminaba siendo tan débil, tan ambigua que parecía que apagaban parte de su encanto. 

Un claro ejemplo de esto podría ser Rajesh Koothrappali de la Teoría del Big Bang quien durante todas las temporadas parecía no ser tan heterosexual como lo enunciaba, haciendo que el camino más obvio para la evolución del personaje y la serie fuera salir del clóset, aunque en realidad terminó en medio de una relación de la que sabemos poco y con la que fue difícil conectar. 

Otro caso es el de Chandler Bing —de Friends— quien desde la primera temporada tuvo un capítulo en el que todo el mundo suponía que era gay, el final de ese capítulo es incierto. Con el tiempo dimos por hecho que Chandler era heterosexual por su matrimonio con Mónica, pero lo cierto es que aún ahí hubo ciertos guiños que nos hacían creer que tal vez era bisexual, aunque para los noventas ese era un concepto del que poco se iba a hablar. 

El mismo personaje presentaba una historia que parecía cercana a la comunidad, pues su madre era una mujer transexual, que por lo que sabemos, lo maternó desde ese lugar y fue con el paso del tiempo que se creo una distancia con su hijo quien parecía tener una aversión a su propia orientación sexual. 

Dentro de la misma serie tenemos a Joey Tribbiani quién nos dejaba ver que él no tendría muchos problemas con relacionarse con hombres o mujeres cis o trans, recuerdo aquel capítulo en el que mencionaba que antes de integrarse a su grupo de amigos, tuvo un romance con una mujer cuya manzana de Adán le parecía grande, nadie se atrevía a decir nada, pero a él parecía no incomodarle. 

Claro que Miranda Hobbes de Sex and The City —O sexo en la ciudad, para los que la vimos doblada al español— mostraba una enorme dificultad para relacionarse con los hombres, siempre me pareció que Miranda no se sentía cómoda con esas relaciones, pero tuvieron que pasar 6 temporadas y 2 películas para que en And Just Like That por fin tuviera una relación en la que se sentía cómoda… con una mujer.  

Claro que no podemos cambiar estas series y otra más que han existido; no buscamos que todas las historias partan de personajes que sean de la comunidad LGBTTTIQAP. Esas series forman parte de nuestra historia, de nuestras vidas, nos dejan ver en dónde estábamos cuando fueron transmitidas. Seguro nos incomodarán conforme vayamos cuestionando más la heteronorma, pero son un reflejo de la sociedad. Ahora tenemos la posibilidad de ver adelante y saber en qué se ha avanzado.

Seguro que si analizamos más series podremos encontrar en los detalles a personajes que podían ser parte de la comunidad —que no tuvieron la misma suerte de Miranda para poder experimentar una realidad distinta— pero o cierto es que ahora, tenemos una oferta mucho más diversa que nos deja ver una representación distinta en los medios. Heartstopper, Euphoria, Sex Education, Prisma son propuestas mucho más diversas y que están ahí existiendo, marcando a nuevas generaciones.

Aplaudo las historias que tenemos, las que vienen, las que cambian y nos muestran la diversidad, porque sé que existe una persona viéndolas que se ve identificado con un personaje que es mucho más cercano a su realidad, desde una visión dónde la burla ya no es sinónimo de ser parte de la comunidad LGBTTIQAP.