El Pez Dorado
Un grupo de amigos se prepara para disputar el juego de póquer más importante de su vida. Tres millones de pesos están en juego. Cualquier error de cálculo podría ser fatal. Cuando tú vida depende del azar, lo mejor es tratar de controlarlo, destronar al destino de su trono y tomar las riendas del azar. Este grupo de amigos lo sabe e intentará tomar al azar por los cuernos cuando un poderoso aspirante a gobernador se presente en su departamento dispuesto a apostar todo en un juego de cartas. Esto es El Pez Dorado.
En el marco del Día Mundial del Teatro se estrenó, en el Teatro Milán, El Pez Dorado una obra original escrita por Miguel Pérez Cuesta, Andrea Rocha y Santiago González, quien también funge como director. Este drama salpicado de humor negro, es una exploración de la relación entre la vida y el azar. Un cuestionamiento sobre la existencia del destino y la fantasía del libre albedrío. ¿Nuestras decisiones forjan nuestro futuro o todo está predeterminado por el caprichoso destino? A través de un grupo de amigos avariciosos, la puesta busca responder estas preguntas.
Mauricio, Alejandro y José Antonio se preparan para recibir a “el pez dorado” Justino, un aspirante a gobernador de la Ciudad de México a quien esperan vaciarle las arcas y, de paso, ganarse su confianza para utilizarlo cuando ganen las elecciones. La clave de este plan es la maestría que tiene Alejandro en el póquer. Pronto este grupo de inseparables amigos sufrirán una serie de inconvenientes causados por el destino, que pondrán en duda la viabilidad de su plan y su larga amistad.
La contienda inicia conforme a lo planeado. Las cartas se reparten. Las fichas cambian de manos. La noche se alarga bajo el intermitente tintineo de una luz que marca los cambios abruptos de la suerte. Conforme el tiempo se diluye, los amigos se irán haciendo conscientes de que el control que creen poseer es un espejismo y de que el destino puede cambiarlo todo en un parpadeo. El ambiente se tensa, las lealtades se cuestionan y el azar toma el control. Entre más cartas se reparten más incierto se vuelve la partida hasta llegar a un final portentoso.
El Pez Dorado es un ejercicio dramatúrgico interesante tanto por su tema como por su forma. La metáfora del póquer como el devenir de la vida, es perfecta para mostrar cómo el ser humano carece del control y que la certeza no es más que una idea supeditada a factores externos. La vida, como el póquer, es un juego de azar para el que debes estar preparado y saber utilizar las cartas que te tocan.
En cuanto a forma, esta obra rompe con las convenciones teatrales al explicarle directamente al espectador, por medio de una voz en off y tres pantallas, el desarrollo del juego que están celebrando los personajes en tiempo real y las consecuencias de cada movimiento. A mitad de la obra la cuarta pared es rota por el propio azar, quien encara al público y detalla, con cierto cinismo, la psicología de los personajes. A partir de esta ruptura, la intensidad irrefrenable de la obra sube hasta llegar a su potente final.
El Pez Dorado maneja una tensión que no se disipa hasta el final, permitiendo que el espectador se interne en el departamento de estos amigos y busque no perder ni un solo detalle de los distintos estímulos que le presenta la obra. Los personajes están perfectamente delineados, en especial el de Justino que sirve para hacer una crítica tajante hacia lo más sucio de la política mexicana y sus repercusiones en los ciudadanos. Es una obra que entretiene por el excelente manejo de tensión que es parcialmente sosegada por momentos de humor negro, pero, sobre todo, El Pez Dorado invita a reflexionar acerca de la vida, el destino y el azar.
El Pez Dorado se presentará en el Teatro Milán todos los miércoles del 20 de marzo al 05 de junio del 2024 a las 20:45 horas. Los boletos pueden adquirirse en las taquillas del teatro y en Ticketmaster.