Cuando pensamos en el tiempo podemos ver una línea recta que corre hacia adelante y que el pasado “lo dejamos atrás” y “el futuro es hacia adelante” parece ser una regla que tenemos tan marcada que es difícil que podamos tener una noción diferente, la línea del tiempo siempre ha sido nuestra representación gráfica para poder explicar algo tan misterioso. ¿Pero qué pasa cuando se juntan pasado, presente y futuro? 

Números imaginarios nos cuenta la vida de Isaac a través de 3 versiones de él que representan los momentos que han marcado un hito en su historia, cruzando a través de los años y manteniendo al protagonista preguntándose ¿Qué hubiera pasado si? Isaac fue nombrado así por su padre en honor a Newton y con esto marco el destino de su hijo quien desde ese pequeño se mostraba interesado por la ciencia.

Con el paso del tiempo Isaac se convirtió en un hombre de ciencia, un ser que parecía estar enfocado en los hechos y que negaba cualquier cosa que no pudiera ser probada, hasta que se encontró con el amor, ese sentimiento que es tan indescriptible como mágico, logrando que aquella persona se diera cuenta de los matices que existen entre los hechos más lógicos y los sentimientos más irracionales. Pero mientras todo esto sucede en su corazón en su vida profesional las cosas parecen ir tomando el camino que siempre quiso que tomaran y se encuentra cerca de dar una solución que explique el mundo. 

Esta propuesta no solo nos cuestiona el tiempo, sino que a través de los 90 minutos que dura esta historia va enlazando diferentes temas como la amistad, el bullying y la resiliencia, mientras que al mismo tiempo busca cuestionar la parte espiritual sin llegar a ser aleccionador. La obra se mantiene transitando entre los diferentes temas de manera natural por la forma en que se desarrolla haciendo que todos los temas formen parte del mismo hilo conductor, un elemento bien logrado que hace que sea disfrutable. 

Las tres versiones de Isaac se encuentran representadas por Ernesto Agraz —en el presente—, Abraham Lombrozo quién es parte del futuro y José Galinzoga para el pasado del protagonista. Cada uno muestra una evolución del personaje y claro que mantienen ciertas características no solo en el vestuario como las playeras de cuello alto que perduran en la personalidad de Isaac, sino también las similitudes que lo hacen mantener la esencia como su incredulidad al lado espiritual. 

Mariela Rueda, Iris quién se convierte en el interés amoroso del protagonista, que también lo acerca a un lado más humano.  Rueda también tiene un pequeño personaje como una maestra de kínder que es exageradamente tierna y que causa una incomodidad, propia del personaje causando risas por la forma en que nos muestra esta escena. 

Ramiro Piñón le da a vida a Josué el mejor amigo de Isaac y quien lo acompaña a lo largo de su vida como parte de una compañía que a pesar de las diferencias busca los puntos de encuentro suficientes para mantener un contacto. Mientras que Roberto Wohlmuth tiene una participación como el padre de Isaac, un personaje que con pequeñas apariciones nos deja ver cómo hay momentos tan significativos en nuestra vida que nos persiguen desde niños, hasta la vida adulta. 

Números imaginarios es un proyecto producido por Los Abraham y dirigido por Eduardo Córdoba con una dramaturgia de Luis Guerrero. Esta obra se encuentra en temporada los miércoles a las 20:00 horas en la sala B de La Teatrería hasta el próximo 20 de marzo, así que no te pierdas estas últimas funciones y anticipa tu compra.