Andy Muschietti, director del exitoso remake de la saga de horror It, nos entrega este verano la primera cinta en solitario del velocista por excelencia. Después de una larga espera, The Flash llega a las salas de cine con una propuesta atrevida, llena de referencias imperdibles para todas las personas fanáticas al género de superhéroes y con una historia memorable que hará de Barry Allen uno de tus héroes favoritos, sino es que ya lo era.

La historia de The Flash se ubica tiempo después de los acontecimientos mostrados en Justice League (2017), con un Barry Allen un tanto más maduro y en donde conoceremos un poco más del contexto del personaje, el cual está plenamente rescatado de los cómics. 

Nuestro héroe se ve en la disyuntiva de viajar en el tiempo, justo en las vísperas del juicio que determinará el futuro de su padre, quien se encuentra en prisión por el supuesto asesinato de la madre de Barry. Sin embargo, este hecho desencadenará una ola de acontecimientos que hará colisionar el universo que él conoce, de tal forma que queda varado en una realidad alterada que se ve amenazada por la inminente llegada del general Zod, sin una Liga de la Justicia que le haga frente. 

Esta cinta encuentra su inspiración en el cómic de Flashpoint, en donde Flash viaja en el tiempo por los mismos motivos y en la que se ven involucrados varios personajes del universo DC. En contraste, la película respeta la esencia del material original, similar a lo que hicieron con Civil War (2016) en Marvel, al mantener los puntos clave de la historia pero a una escala un tanto menor y que va en línea con los eventos que han marcado al universo extendido de DC hasta la fecha.

Con esto cabe resaltar que si bien la base de la historia se encuentra en el cómic, no se queda sólo ahí, puesto que también entra en la mezcla la historia de origen de Barry Allen a través de la interacción que tiene este con su yo de la otra realidad. Esto es un gran acierto ya que permite acercar a las personas que no conocen nada de Flash para entender más del héroe, así como de la persona que está detrás de la máscara.

El inicio de la cinta es genial porque va de la mano con el estilo carismático del personaje que conocimos en la película de Zack Snyder. Empieza con las dosis exactas de comedia, así como de drama, para sentar las bases del héroe: desde el cómo funcionan sus poderes, hasta los límites de estos, todo a partir de una construcción bien lograda en torno a los filtros de color y los efectos visuales que resaltan de gran manera las habilidades de Barry. 

Pero, con lo anterior, es justo señalar que en algunas partes los efectos especiales no lucen tan bien, sobre todo en las escenas relacionadas al viaje del tiempo, ya que los modelos creados en computadora parecen sacados de un playstation 3, lo cual no es terrible ni demerita todo lo demás, pero si le puede causar ruido a algún sector del público. En términos generales la experiencia en el apartado visual cumple con sus altibajos y tiene momentos épicos que ponen la piel chinita.   

En cuanto al elenco que participa en la obra no queda más que disfrutar del  trabajo presentado. Como protagonista Ezra Miller queda más que consolidado como Flash, la construcción de su personaje ayuda a empatizar con sus motivaciones y se ve un crecimiento importante del mismo en contraste con su versión más joven del otro universo. Existe una relación mentor-aprendiz que recuerda mucho a la saga de Volver al Futuro, la cual se nota que fue una referencia importante para construir esta cinta. 

Por su parte, el regreso de Michael Keaton como el caballero de la noche y la inclusión de Sasha Calle como Supergirl son una chulada, ya que no sólo son simples referencias, sino que ayudan a enaltecer las virtudes de Flash como héroe. Cabe rescatar igual el papel de Maribel Verdú como la madre de Barry, ya que es un punto de anclaje crucial en la historia y llega a tener momentos enternecedores que pueden mover muchos sentimientos en la audiencia.  

Pero no hay mal que por bien no venga y desafortunadamente The Flash tiene algunos elementos que no terminan por convencer del todo. Varias escenas de comedia cumplen y son realmente divertidas, pero a ratos se siente un exceso de estas, afortunadamente no llegan a niveles Thor Love and Thunder (2022) pero pueden resultar cansadas. 

Asimismo, al tener en cuenta el estado actual del Universo DC, el cual se encuentra en reconstrucción, ahora bajo el mando de James Gunn, quedan algunos cabos sueltos que no terminan por resolverse del todo. El director y todo el equipo que trabajó en la película tenían un encargo difícil, que en general cumple con creces, pero que no deja de lado detalles que quedan varados en el aire al depender de lo que se hizo en obras pasadas o recientes como Shazam: Fury of the Gods. 

Sin más, Flash es totalmente recomendable para lxs amantes del cine de superhéroes. Es una obra que apunta a los objetivos exactos de nostalgia, sin depender enteramente de ello, ya que nos regala una historia de origen, así como de continuación al universo DC que permite empatizar con un personaje divertido, a quien vemos crecer durante su odisea, que deja un mensaje valioso sobre la importancia del pasado y cómo eso nos define como personas.